LAS NUEVAS GENERACIONES EN LA AVIACIÓN

La evolución lógica del ser humano (como la entendemos en la actualidad), va de la mano de un sin número de variables e influencias propias de cada época. En estos casi 115 años de el primer vuelo, que celebraremos en este Diciembre de 2018. La curva evolutiva y los cambios en la sociedad y por supuesto en la aviación, son inmensos. Pasamos de la madera y la tela a los materiales compuestos y los computadores abordo (por tomar un pequeño ejemplo).

Pero el verdadero reto desde mi óptica no está en mejorar, implementar ó incrementar tecnologías, eso es solo una variable que exponencialmente seguirá creciendo y deslumbrando el entendimiento humano y de la forma como nos transportamos por el aire en la actualidad. El verdadero reto está en lograr encontrar el punto medio entre la forma de pensar de las nuevas generaciones y la integración y automatización de los sistemas. Visionarios como Elon Musk que desde ya impone un vanguardista reto de lograr comunicar dos puntos opuestos de la tierra en máximo 45 minutos de vuelo, ó Richard Branson que desde el 2004 con su «Virgin Galactic» lucha por ofrecer vuelos comerciales al espacio y pese a los tropiezos y completar 14 años intentándolo no desfallece en su sueño. Sin dejar de lado la aparición de los nuevos actores conocidos como -UAVS- Sistemas de Vehículos Aéreos No-tripulados (por su sigla en inglés).

Coinciden en llevar a nuestra actual civilización al siguiente nivel, al de entregarle la mayoría de la responsabilidad a los sistemas de inteligencia artificial, y aún cuando ese es un tema que merece todo un espacio de discusión en este blog, el tema que nos compete son las nuevas generaciones, los jóvenes que tienen el reto de volar «literalmente» esta transición.

Mucho se ha escrito sobre los «Millenials» y su particular forma de engancharse con un trabajo en particular, su fascinación y facilidad para la tecnología y su manera para relacionarse entre otras características. Ahora después del 2002 vienen los «Linkster» ó » Generación Z» esta nueva generación es el verdadero reto. Ellos nacen como se diría en la actualidad «conectados» las redes sociales y las tabletas digitales ya estaban esperándoles cuando nacieron y de la forma como los nuevos padres han dado paso desbordado a este mundo, será el resultado de esos futuros pilotos. Hoy en día un bebé de 2-4 años es normal verlo manipulando un aparato electrónico y se ha convertido en el mejor «pacificador» que tienen los padres a la mano. Las pantallas son hoy en día el común denominador en Cabinas de vuelo, los aviones de lineas comerciales con un mercado inundado de Aerobuses en sus gamas desde el 319 hasta el gigante 380 y sus cercanos seguidores como lo son los Boeing desde sus 737 hasta sus Dreamliners 787 pasando por todas sus variaciones, son un ejemplo claro de la evolución a las denominadas «Cabinas de Cristal» (Glass Cockpit) que a los más veteranos nos ha costado actualizar, de las agujas análogas de los viejos instrumentos de vuelo a las sofisticadas pantallas.

Al comienzo de los 90´s era cotidiano escuchar el chiste de los que pasaban a volar «pantallas» diciendo a sus camaradas que seguían en análogo «A ud no le produce temor volar así??» y cuando le increpaban el por qué debían de sentir temor al volar análogo, la respuesta socarrona era «Pues con toda esa cantidad de agujas no se chuza los dedos?» Esta evolución a llevado a poner al Cirrus como el entrenador de moda a nivel mundial, este lleva a los alumnos de vuelo a «nacer» para la aviación con la automatización y los procedimientos de una aerolínea en su ADN de piloto. Todo esto esta muy bien… Pero la operación manual, los criterios de decisión, la resultante de una emergencia en vuelo?… Todos estos interrogantes nos planteamos en el hoy los que venimos de aprender a volar como decimos coloquialmente «a patas y manos». El factor humano en aviación es la clave a la hora de analizar un incidente o accidente de aviación, de allí que los esfuerzos en tecnología se vean orientados a mitigar el error humano, llegando a aviones que prácticamente limitan la intervención del piloto por debajo de los sistemas de inteligencia artificial ya programados. En pocas palabras terminan peleando 3 computadores centrales entre ellos y después contra el piloto. Y justamente allí es donde el cambio generacional se evidencia.

Con cada actualización o modernización de flotas, el rol del piloto se obliga a estar más parametrizado a lo programado en su computador de abordo. Si esto generara un aumento dramático en los indicadores de seguridad aérea, pues Bienvenido Sea! Pero la realidad es otra, los aviones se siguen accidentando. Ahora el problema cambia de «error humano» a «integración de los sistemas» y justamente allí es donde se genera la gran duda sobre la verdadera preocupación del entendimiento de ese ser humano versión 2018, que vive en la nube (pero digital) que de pronto tanta herramienta disponible, tanta tecnología, tanta «facilidad» le esta castrando las antiguas y próximas extintas artes del vuelo manual, la capacidad de escuchar a los viejos con experiencia, el hacer uso de la memoria mental y muscular para dominar esos pájaros de tela, metal ó material compuesto, que desafían la gravedad gracias a los esfuerzos para mantenerlos en equilibrio de las fuerzas de sustentación aplicadas por la mano serena del piloto al mando de los controles.